militantes comprometidos

lunes, 17 de septiembre de 2012

PERONISTA HASTA LA MUERTE: Lápices que siguen escribiendo Por Felipe Pigna

PERONISTA HASTA LA MUERTE: Lápices que siguen escribiendo Por Felipe Pigna

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EL ESCENARIO DE LAS CACEROLAS y LA LUCHA POR LA LIBERACIÓN


de Gallego Fernández, el El Lunes, 17 de Septiembre de 2012 a la(s) 2:16 ·
La masividad y multiplicidad de ciudades como escenarios de protesta el 13 de septiembre, nos demanda al conjunto de los militantes una profunda reflexión, sobre sus determinaciones en el actual proceso histórico.
De poco sirve expresar la bronca dirigiendo sarcasmos, hacia quienes participaron de este hecho, las declaraciones de la oposición política, o la intervención en las sombras de los sectores dominantes.
Tampoco ayudamos demasiado a nuestro gobierno, diciéndole que lo apoyamos; certeza que no se origina en declamaciones, sino en actitudes militantes, que consoliden el consenso popular hacia el liderazgo de Cristina.
Es imprescindible conceptualizar y dimensionar este hecho político del enemigo, para construir una respuesta popular contundente.
El relato del enemigo, y las imágenes elegidas, dan cuenta de una multiplicidad de reclamos, que cobijados en el llamado espontaneismo, legitiman el protagonismo ciudadano, disimulando el odio de clase y el individualismo acérrimo del grueso de la movilización.
Si observamos detenidamente el relato y las imágenes, se aprecia que la construcción simbólica esta dirigida a comunicar “hartazgo hacia el gobierno”; aún cuando no se manifiesta explícitamente en el relato, se brinda la comunicación necesaria, para que el receptor del mensaje, arribe a esta conclusión.
Concretamente, el escenario, esta dirigido a traccionar y cooptar todo el descontento posible en los sectores populares, y romper la hegemonía que hemos construido y se ha expresado en las urnas en la última elección.
La movilización, tiene como finalidad una disputa ideológica y de sentido, en un escenario de masas. Generando el suficiente potencial político, en la multiplicidad y generalidad de las demandas, las cuales sintetizan un hartazgo; de esta forma le confieren legitimidad a los relatos de expresiones sectoriales y políticas, que confrontan con el gobierno, para que procesen liderazgos en la síntesis alcanzada.
El hecho político no es fortuito, es el resultado de un diseño, que opera constantemente sobre nuestras propias contradicciones; la herramienta visible, es la comunicación masiva, pero no la única; programas como el de Lanata, noticieros propalando hechos de inseguridad y explicando cotidianamente las restricciones cambiarias, son los que proveen el dato empírico mediatizado, cuya finalidad es crear las condiciones de espontaneísmo en las redes sociales.
Detrás de la comunicación, están los formadores de precios, que destruyen el poder adquisitivo de la moneda, dejando como único refugio de ahorro la moneda extranjera; donde la brecha cambiaria les permite multiplicar la rentabilidad en dólares y en fuga de capitales; las declaraciones de los Ratazzi o Rocca, dan cuenta de ello, manifestando la ausencia de rumbo por intervención del estado en la economía.
Existe en la cúpula del poder económico un rechazo generalizado a la reforma del BCRA y la anulación por completo de la ley de Convertibilidad, situación que no pueden explicitar, porque pondrían en evidencia que desean un banco central, que le garantice en moneda extranjera la acumulación de riqueza en pesos, o en términos económicos que la los argentinos produzcan en su economía el suficiente ahorro, o se endeuden, para que ellos remitan divisas al exterior.
El intento de instalar como determinación del proceso inflacionario la emisión monetaria y el desmanejo del Banco Central, es el modo en que expresan el rechazo a las medidas adoptadas por el gobierno; ya que es la cúpula del poder económico la que anticipa precios y la principal responsable de la inflación.
A todas luces es evidente que existe un diseño político del enemigo, donde plantea la disputa de consenso en un escenario de masas, tomando el hartazgo hacia el gobierno, como consigna destinada a sumar el descontento de una buena parte de los sectores populares.
Este es un escenario mucho más peligroso que el del 2008, ya no se trata de una demanda sectorial, que puede sensibilizar al pueblo y a la cual se suben los liderazgos políticos de la oposición, sino, es una expresión política en un escenario de masas, que le brinda legitimidad a los relatos de la oposición y que fragmenta el bloque hegemónico que hemos construido.
El diseño que nos brinda plena garantía, para derrotar al enemigo, es un escenario de un millón de argentinos, movilizados desde sus intereses legítimos, respaldando una agenda de respuesta a las demandas populares, y que avanza definitivamente sobre los intereses de las corporaciones. Sino contamos con un plan político de esta envergadura, la militancia quedará atrapada en un relato sin respuesta a las demandas populares, y un sector importante empezará a identificarse con las expresiones de rechazo al gobierno y la legitimidad que gana en el escenario de masas.
Si no se logra una derrota rápida sobre el enemigo, corremos el riesgo de que las medidas de gobierno, aún cuando favorezcan al pueblo, tan solo sirvan como dato empírico al relato del enemigo sobre la finalidad personal o política, de las mismas.

Hoy garantizar el consenso popular es interrogarse, sobre las demandas populares, las iniciativas políticas y la organización militante, que produzca un escenario de masas demoledor de los intereses de las corporaciones y las representaciones políticas, que lo expresan. Encerrarnos en una dialéctica entre el hartazgo y los logros, no responde a las expectativas populares y al proyecto de país que queremos y pone en riesgo el consenso que hemos alcanzado.