de Gallego Fernández, el Domingo, 21 de agosto de 2011, 19:25
Caracterización del contexto de crisis
Si se enumeran las medidas adoptadas a partir del 2008, por el gobierno de EEUU y la UE, es obvio que la crisis pervive a todas ellas, evidenciando, que las decisiones fueron dirigidas a sustentar una lógica de acumulación extenuada, restringida para desarrollar alternativas, que garanticen la reproducción ampliada del capital, con la misma
tasa de ganancia.
En la nota publicada en enero del 2010; (Las determinaciones del cambio tecnológico en la crisis económica y el impacto en las relaciones de poder), se detalla con precisión el error de considerar que la crisis es financiera, por el contrario, es una crisis de acumulación de capital, singular, y sin comparación a las precedentes del sistema capitalista. En este análisis se pronostica que el salvataje a los bancos, fue mantener el nivel de acumulación de Capital, imposible de valorizarlo en la economía real, y por consiguiente el resultado, es agudizar la crisis.
La nota señala que de persistir en el modelo de acumulación, habría una alta conflictividad social, si no se aceptaba la caída en la tasa de ganancia. Los indignados se van multiplicando, y Londres es la antesala de lo que puede suceder en EEUU, cuando la reducción del gasto social deje a millones de norteamericanos totalmente desamparados.
La experiencia neoliberal argentina, no nos brinda las claves para comprender lo que ocurre en los países centrales, son formaciones sociales altamente diferenciadas, las del norte con consumos hipersatisfechos, en tanto la nuestra había sido sometida a un proceso de empobrecimiento y saqueo.
La militancia consecuente en la lucha por la liberación, debe caracterizar con precisión la crisis, para reflexionar
sobre el proceso histórico global, monitorear la alteración en las relaciones de poder y las determinaciones sobre nuestra formación social y la región.
Toda crisis, encierra en si misma una oportunidad, esta, es la posibilidad de una alternativa superadora a las contradicciones existentes, superación que solamente puede materializarse en un proceso liberador de nuestros pueblos con la integración política de los Estados del Sur, el Caribe y América Central.
Si se confunde la oportunidad que tienen nuestros pueblos, con la posibilidad de hacer excelentes negocios, convertiremos a nuestra América en el sector agrícola, minero etc, de las formaciones sociales que pasen a hegemonizar el mercado mundial, pero estaremos muy lejos de colocar las riquezas que produce el trabajo en nuestra
América al servicio de nuestros pueblos.
No se puede hacer una caracterización ligera de la crisis, dando por sentado que el sistema capitalista mantendrá la misma lógica de acumulación, en el 2008 cuando se rotulaba la crisis como de sobreproducción, se lo hacía desde parámetros keynesianos, los cuales no tienen respuesta para economías que no están autocentradas en formaciones nacionales, y sociedades cuyos consumos estaban hipersatisfechos.
Del mismo modo, hoy se la caracteriza como sobreendeudamiento, cuestión que no deja de ser cierta, pero la lectura apropiada, es que el salvataje a la acumulación de capital, realizada por los estados, (salvataje a Bancos y empresas), carece de toda posibilidad de ampliar el PBI, y por lo tanto respaldar la emisión monetaria. Todos los intentos de reducir las calidades de vida en los países centrales, para equilibrar los presupuestos estatales, tienen como resultado inmediato la caída en el volumen de riqueza, el conflicto social y la certeza, de que las monedas expresan a futuro un valor inferior al actual.
La recomendación de Soros, para titularizar las deudas del conjunto de países de la UE, con un bono de la eurozona y alcanzar un acuerdo de políticas presupuestarias para sustentarlo, es un parche de lujo, que puede servir para ganar tiempo, pero no, para resolver las asimetrías entre las economías de 23 países que tienen una misma expresión monetaria y productividades diferenciadas.
Lo cierto, es que al día de hoy, todos dan por sentado una recesión para los próximos dos años, y por consiguiente se desploman los precios de todos los bienes, ajustando los mismos, al volumen de moneda emitido y poniendo en duda, que los estados puedan afrontar las deudas que contrajeron, para salvar los capitales acumulados. Si bien la economía está determinada por el componente político, también posee parámetros infranqueables.
Lo que hoy se denomina volatilidad de los mercados, no se debe a un conjunto de tahúres que trabajan 24 horas, es esencialmente la imposibilidad del capitalismo de proyectar la reproducción ampliada del capital a la misma tasa de ganancia; los precios a futuro de 10 años, tienen incorporado una renta imposible de realizar en la economía real, limitación, que no es solamente producto de la especulación, sino del impacto tecnológico en las productividades y estas en la tasa de ganancia.
Todos los economistas que escuchamos se interrogan como una manada de idiotas, de la caída en las acciones, a pesar de que las corporaciones presentaron balances con enormes utilidades; la única explicación que encuentran, es el pánico de los inversores, respuesta que es formidable para la psicología social, pero no para la economía política. Esos inversores que entran en pánico, no son otros, que los que presentaron balances con ganancias extraordinarias, nadie conoce mejor que ellos, que el capital que acumularon no lo pueden ampliar en la economía real, con la misma tasa de ganancia.
Salen todos corriendo hacia el bono del tesoro norteamericano, no por las certezas que este tiene, en el cumplimiento de pago, sino porque en la lógica del mundo capitalista, la economía norteamericana, es la estructura desde donde se sustenta todo el sistema, el mayor PBI del planeta. A nadie se le ocurre observar que la incidencia en el PBI norteamericano del sector financiero, o el complejo militar industrial; se sostiene con un endeudamiento exponencial del pueblo norteamericano, alcanzando volúmenes que no resisten cálculo alguno de amortización. El debate en el congreso de EEUU, para ampliar el techo de endeudamiento, pone de manifiesto el antagonismo en la elite del poder
norteamericano, y la conflictividad social que se avecina.
A ello debemos agregar una noticia que pasó desapercibida para los medios masivos de comunicación; China recomendando recortes del gasto militar y social de EEUU, y un control por otros países de la economía norteamericana, de manera diplomática señalan, que llegó el ocaso para el dólar.
La otra zoncera extendida ante la crisis, es imputar la falta de liderazgo político para enfrentarla, atribuyendo esto, a la ausencia de previsión y la consecuente demora en las decisiones políticas. En tanto el objetivo político sea mantener
el sistema con esta lógica, siempre llegaran tarde, no por falta de previsión, sino porque cada decisión que adoptan, es la antesala de un desequilibrio mayor.
La mayoría de nuestros Bancos Centrales, tienen sus reservas constituidas por bonos del tesoro, dólares y euros, es recomendable que en el menor tiempo posible se materialice una alternativa, para expresar el ahorro de nuestros pueblos, porque tomar decisiones, el día que todo el mundo salga al vender los bonos del tesoro norteamericano, y los papelitos de las monedas “fuertes”, es haber dilapidado un enorme esfuerzo de nuestros pueblos.
Por otra parte, hemos visto como la decisión en el G20 de viabilizar una moneda alternativa al dólar con los derechos especiales de giro del FMI, fue neutralizada con el escándalo de Strauss Kan; pero aun suponiendo que EEUU acceda, es una entelequia considerar, que este instrumento pueda expresar el volumen de riqueza y las productividades de
las principales economías del planeta; al estar destinada a cumplir un rol de atesoramiento sobre los saldos de ahorros nacionales intercambiables en el mercado mundial, no legítima su valor en una formación socio-económica, y
carece de la substancia que requiere como medida de intercambio, expresar la productividad de una formación socio-económica. Solamente puede neutralizar las futuras emisiones monetarias de EEUU y la apreciación de las monedas frente al dólar.
Existe una alta probabilidad de un proceso recesivo en los países del norte, (esto representa el 60% de la riqueza mundial), principalmente porque las decisiones políticas, seguirán orientadas a mantener el nivel de acumulación de capital, y ello conlleva una formidable transferencia de recursos de los pueblos hacia las corporaciones, generando
consumos postergados, situación que en el mediano plazo permitirían seguir valorizando el capital a la misma tasa de ganancia. Aún cuando el conflicto social se canalice en expresiones políticas con otra orientación, se reducirán los
volúmenes de intercambio mundial, priorizando la agregación de valor en las formaciones sociales que hoy están en crisis, y equilibrando las productividades en toda la eurozona o la balanza comercial y el presupuesto para el caso de EEUU.
Los peligros en términos generales
En toda la historia del capitalismo, los países hegemónicos tuvieron la habilidad de trasladar las consecuencias de la crisis, hacia las formaciones sociales dependientes, de manera tal, que la conflictividad social en sus formaciones sociales, pudiese ser controlada y superada en el ciclo de post-crisis.
Esta cuestión hace, que nosotros, además de tomar todas las decisiones coyunturales, que neutralicen el impacto de la crisis sobre nuestras formaciones sociales, es imprescindible avanzar en la integración política para cambios estructurales en la esfera monetaria, financiera y económica.
La primera cuestión es constituir un refugio propio para las reservas de nuestros bancos centrales, es decir el ahorro de nuestros pueblos, en ello la propuesta de Venezuela de repatriar sus reservas del exterior, en oro físico, es la más acertada. La segunda cuestión, es el diseño de un Banco Central Sur-americano, con una base monetaria destinada a equilibrar las productividades y corregir las asimetrías en el ingreso per cápita de nuestras formaciones sociales, (las únicas equiparables son México y Argentina, Brasil es la mitad de estas dos y el resto de los países está entre el 20 al 35%). Con posterioridad a ello se puede determinar el equilibrio presupuestario de los distintos estados.
Por otra parte desde nuestra América, tendríamos que analizar el diseño político y económico que nos permita reabsorber la caída del mercado externo, con una ampliación del consumo en todas las formaciones sociales. En ello se debe tener presente que más del 50% de las exportaciones, tienen como destino la UE y EEUU y que el 25% que hoy
se destina a China, se verá afectado, si bien este país, puede ampliar la escala de consumo interno para mitigar la caída del sector externo, es muy difícil que ello ocurra en un corto plazo. China exporta 1,2 billones a EEUU, Europa y
Japón, esto representa un 20% de su PBI. Por lo que, en este escenario lo más probable es que China presione para equilibrar los saldos de intercambio con nuestro continente, con el agravante de que sus saldos exportables son de carácter manufacturero.
Desde el Banco Central sur-americano se debe poner en practica una fuerte regulación hacia el flujo de capitales, principalmente por la volatilidad del sector financiero en Brasil y la fuga de reservas en el resto de los países.
La recesión impactará sobre los saldos exportables de nuestras economías, tanto en los volúmenes de manufacturas, como en el precio de los comodities, (desde hace un mes los fondos de inversión se están retirando de los futuros en comodities) esta caída se expande al intercambio regional, disminuyendo los niveles de intercambio, retrasando
el proceso de integración, afectando a la vez la balanza de pagos, en tanto se mantienen constante la fuga de capitales, frente a una menor liquidez por la reducción en los saldos de la balanza comercial.
Si la recesión se extiende durante un tiempo prolongado, es probable que en los países centrales se produzca un proceso de estanflación, si por el contrario las decisiones que adoptan los gobiernos conducen a una depresión, es altamente probable que haya una caída generalizada de precios, presionando desde un proceso de deflación
sobre nuestras economías. En esta cuestión se debe observar atentamente la ampliación de la base monetaria, del dólar y el euro, esta medida genera una constante devaluación, que si bien nos resta competitividad al fortalecer nuestras monedas, este efecto puede quedar neutralizado parcial o totalmente por el proceso inflacionario que acompaña la emisión.
Si se avanza sobre la unidad política, se puede planificar una economía para 500 millones de compatriotas, una población que supera a la de EEUU, en un 70%, cuyas característica común es la acumulación de consumos insatisfechos de todo orden, una extraordinaria capacidad científica-tecnológica, un stock de riquezas naturales incomparable con otras formaciones sociales, y la posibilidad de desarrollos en infraestructuras de toda naturaleza, para ejecutar durante los próximos 20 años, integrando definitivamente nuestras formaciones sociales.
Planificar la ampliación de la actividad económica y la equiparación de productividades en nuestras formaciones sociales, a partir de una lógica económica destinada a brindar calidad de vida a los 500 millones de compatriotas, es la única forma de blindar la región del impacto de la crisis, y de la lógica de reproducción ampliada del capital, que orientan las corporaciones y que tienen como único resultado la presente crisis.
Para nuestro país en particular
El modelo económico basado en superávits gemelos se encuentra agotado, tanto por el contexto de crisis, como también por la divergencia entre las variables de precios, salarios y tasa de cambio. No se puede seguir sosteniendo la brecha entre la evolución de precios internos con la tasa de cambio, en tanto la inflación anual se coloca en un 25%, la variación del dólar no supera el 12%.
Si analizamos el comportamiento de precios, podemos observar que el conjunto de bienes tomaron valores internacionales, (bienes tecnológicos, automóvil, vivienda, vestimenta, medicamentos, químicos, etc.) y en algunos casos superiores a estos. Los productos de consumo diario y los servicios, mantienen un retraso frente a los otros bienes, los primeros ejercen anualmente una fuerte presión, para alcanzar valores internacionales, en tanto los segundos si bien no expresan en el mercado estos valores, ello se debe centralmente a los subsidios estatales, por
lo que, en la práctica, se le reconoce estos valores a las corporaciones.
El mayor desequilibrio esta en el precio del salario, el cual se mantiene a precios locales, representando un tercio del precio del trabajo reconocido en los países centrales, esto explica las utilidades superiores a un 50% de su patrimonio para las corporaciones que operan en nuestro país y porque no se pierde competitividad frente al retraso cambiario.
Por otra parte el retraso cambiario es el que promueve la fuga de capitales, un multinacional Telecom, con una utilidad de 1200 millones, gira al exterior 300 millones de dólares, en tanto si el tipo de cambio acompañase la evolución de precios, el dólar se ubicaría a $ 7, por lo que el giro al exterior estaría en el orden de 170 millones. En términos del presente año, si el precio de la moneda norteamericana hubiese sido actualizada la fuga de capitales en vez de ubicarse en los 12 mil millones al mes de Julio, seguramente estaría por debajo de los 7 mil millones.
Considerando que se debe trabajar sobre la hipótesis recesiva del contexto mundial, es altamente probable que reduzca el saldo de la balanza externa, afectando directamente el nivel de reservas si no se modifica la tasa de cambio. En esto hay una visión generalizada en la sociedad, que el ingreso de dólares proveniente de comercio
internacional se debe al sector agropecuario, esto no es así el 75% de nuestras exportaciones son manufactureras, un tercio de ellas del sector agroindustrial; tan sólo un 25% corresponde al sector extractivo, incluyendo además del agro, al sector energético, minero e ictícola. Por lo que la atención que se brinda a los comodities, tiene sentido en el impacto fiscal, pero no es determinante en la balanza comercial.
Si se modificase la tasa de cambio para actualizarla a la evolución de precios internos, es altamente probable, que el conjunto de bienes con precios internacionales, actualice los mismos por la depreciación de la moneda; por lo que antes de corregir esta variable, se debe modificar el precio del salario y actualizarlo a valores internacionales, ello difícilmente se alcance por el mecanismo de paritarias, se requiere de una política shock que permita en el menor tiempo posible lograr una situación de pleno empleo. Por otra parte la actualización de la tasa de cambio, puede generar un efecto distorsivo en el intercambio regional, principalmente con Brasil.
Para actualizar el precio del salario, se requiere de una matriz distributiva superadora y complementaria de las paritarias, desde algunas de las siguientes cuestiones, que serían determinantes para corregir este desequilibrio, impulsar la jornada laboral de seis horas en la actividad económica con alto componente tecnológico; construir 500 mil viviendas anuales; implementar un sistema de transportes multimodal basado en el ferrocarril; modificar la matriz energética para el consumo vehicular e industrial, (con energía eólica y producción de biodiesel en el litoral marítimo);
y desarrollar las aplicaciones de nanotecnología en los insumos de todas las ramas industriales.
Estas transformaciones estructurales, requieren modificar el rol del Banco Central, repatriar las reservas y constituirlas en oro físico, desempeñándose como instrumento financiero de la actividad económica, acompañando esta transformación con una ley de entidades financieras, donde el Central fije la orientación del crédito y las
tasas de interés, constituyéndose como administrador de los ahorros de los argentinos. En este proceso la base monetaria debiera equipararse a la de los países centrales, alcanzando como mínimo un 70% del PBI, en vez del exiguo 12% actual.
La tasa de cambio debe modificarse a partir de los acuerdos regionales y los equilibrios con los estados de nuestra América. Neutralizar la fuga de capitales, requiere modificar la ley de inversiones extranjeras, reemplazándola por una ley de flujo de capitales, de manera tal que las inversiones externas, giren el recupero de la inversión, mas las regalías; y las corporaciones locales que operan a escala global, asuman compromisos de retorno de los capitales que
invierten en el extranjero.
Las decisiones políticas sobre la actividad económica, además de atender el comportamiento de las variables acroeconómicas, debe intervenir con alto grado de planificación sobre los distintos sectores de la economía, orientada a satisfacer la calidad de vida y las condiciones de igualdad y libertad, que tenemos como compatriotas.
El resultado electoral que obtuvimos y el carácter de la crisis global, ha modificado la correlación de fuerzas tornándolas favorables para nuestro pueblo; si los desequilibrios señalados, se pretenden corregir desde las posibilidades del contexto internacional y las estrategias de las corporaciones, que intervienen en él, corremos el riesgo de ingresar en una nueva modalidad de la teoría del derrame.
NO ES ROSARIO ES LONDRES