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sábado, 21 de mayo de 2011

ESPAÑA, LA CRISIS ESTRUCTURAL DEL CAPITALISMO; Y NUESTRA AMERICA

SPAÑA, LA CRISIS ESTRUCTURAL DEL CAPITALISMO; Y NUESTRA AMERICA

de Gallego Feliciano Fernandez, el Sábado, 21 de mayo de 2011 a las 9:33
ESPAÑA, LA CRISIS ESTRUCTURAL DEL CAPITALISMO; Y NUESTRA AMERICA
La crisis estructural del capitalismo, se manifiesta en la esfera financiera, pero tiene sus determinaciones en la configuración, que el nuevo patrón tecnológico dio a las formas de producción y circulación de bienes, cuestión insoslayable a la hora de analizar el proceso de valorización del capital, y las dificultades que posee para reproducirse a la misma tasa de ganancia; a quien le interese el tema, puede repasar el escrito, http://www.facebook.com/?sk=lf&closeTheater=1#!/note.php?note_id=272121590068.
Las manifestaciones multitudinarias en España, con su antecedente en el mundo árabe, dan cuenta de una nueva fase en la crisis del capitalismo. La primera reacción, de endeudar a los pueblos, para salvar a los bancos, o mejor dicho el salvataje a la acumulación de capital y la intención de sostener la estructura financiera como centro de rotación del capital, para valorizarlo a través de las multinacionales, no ha resuelto las determinaciones de la crisis, y se proyecta en la conflictividad social, poniendo en crisis los sistemas políticos y debilitando la hegemonía construida desde Wall Street.
Esta nueva fase de la crisis, tiene varias resoluciones, todas limitadas, porque no existe la voluntad, ni la construcción política, para producir un orden social que no esté basado en la acumulación de capital, si se persiste en sostener una estructura económica, cuya única finalidad es reproducir el capital de manera ampliada a la misma tasa de ganancia, más temprano que tarde, todas las medidas, serán soluciones transitorias.
Lo cierto es, que los sistemas políticos de Europa y EEUU, tienen que resolver de manera urgente la conflictividad en sus formaciones sociales;  por otra parte, el estado no puede ejercer de manera legítima el monopolio de la fuerza, para disciplinar los reclamos, cuando lo intenta, evidencia de manera descarnada la sociedad entre las representaciones políticas, las corporaciones y el sistema global de rotación del capital.
El llamado ajuste de las economías, no puede dotar de sentido, a sociedades con absoluta conciencia de que las estructuras productivas, el stock de conocimiento científico y la capacidad de aplicaciones tecnológicas, hace totalmente injustificable que alguien esté sin empleo, o no cuente con posibilidad de producir sus medios de vida.
La multipolaridad en el ordenamiento mundial, limita y condiciona la posibilidad de descargar la crisis en las formaciones sociales del tercer mundo, por el contrario todos los indicadores señalan como el intercambio sur-sur, desplaza paulatinamente la entente hegemónica construida entre EEUU, Europa y Japón.
La guerra de monedas y la intervención militar sobre África y medio oriente, son los únicos recursos que hoy posee el imperialismo, para moderar la conflictividad de la crisis en sus formaciones sociales; en el camino deben resolver las asimetrías productivas de dos tercios de los países que pertenecen a la eurozona, donde el Euro expresa las productividades de cinco economías y no la totalidad del área económica.
En este contexto, nuestra América necesita de iniciativas políticas, no sólo para neutralizar los “efectos de la crisis”, sino que es imprescindible un diseño integral para construir la Patria Grande, donde la riqueza y el trabajo de nuestros pueblos, este destinado a lograr la felicidad y la dignidad que nos merecemos.
No es el BRICS o China, lo que nos brinda esa oportunidad, la configuración multipolar, debilita la intervención hegemónica de la OTAN, como también el carácter estructural de la crisis del capitalismo hace sumamente peligroso carecer de hipótesis de conflicto con la OTAN; persiste la ausencia de un proyecto sur-americano, diseñado desde los intereses y la riqueza que producen nuestros pueblos; el rol del UNASUR quedará superado por el contexto internacional, si solamente tiene como objetivo la defensa de democracias formales, o actuar en bloque en temas puntuales.
Las diferentes modalidades para apreciar nuestras monedas desde las decisiones que se toman en el norte, con la finalidad de valorizar el capital en nuestras formaciones sociales, paulatinamente debilitará la integración y la articulación al mercado mundial. Desde los procesos deflacionarios, en las formaciones sociales de los países centrales, el ingreso de capitales tal como ocurre en Brasil o Perú, o la brecha entre precios y tasa de cambio que se produce en Argentina y Venezuela, son todas decisiones que se toman en el centro de rotación del capital, y que requieren para enfrentarlos una política integral de nuestra América.
Esta es la cuestión estructural que determina el conflicto de intereses, sobre las relaciones de intercambio entre Brasil y Argentina; se haría muy extenso detallar las barreras y dificultades que generan una multiplicidad de acuerdos bilaterales y regionales, desde los países que suscribieron el ALCA, hasta los países andinos con tratados similares en el comercio del pacífico.
Desarrollar herramientas económicas-financieras, para la región era un avance hacia la integración, hace diez años, hoy no resuelve el problema de fondo, dado el carácter estructural de la crisis; suponiendo que se desarrolle el Banco del Sur y que se cuenta con una moneda continental, tendríamos una situación similar a la de Europa, ya que las formaciones sociales poseen asimetrías, que requieren de políticas integrales para el continente, a modo de ejemplo el PBI per cápita de Argentina duplica el del Brasil y triplica el de Paraguay o Ecuador.
Las dificultades de intercambio entre nuestros países se irá acentuando, en la medida que no haya una respuesta política de cara a la crisis; desde el norte, pueden implementar políticas diferenciadas hacia cada uno de nuestros países, o las multinacionales, diseñar estrategias con una finalidad divergente a la integración económica, que demandan nuestros pueblos. Desperdiciaríamos una enorme oportunidad de constituirnos soberanamente, si los diseños sobre la estructura económica continental, quedan determinados por la nueva configuración del orden mundial.
Pensar América para nuestros pueblos, requiere avanzar decididamente hacia la integración política, y constituir de manera soberana la Unión de Estados Sur- Americanos, mandato que proviene desde el origen de nuestra independencia, y las luchas de nuestros libertadores. La nueva configuración mundial y el BRICS, pueden restar hegemonía a los países de la OTAN, pero no deja de ser en si mismo, un rediseño de la lógica de acumulación de Capital, donde los mayores grados de autonomía tienen como actores privilegiados a las corporaciones que intervienen en el mercado mundial y no a nuestros pueblos.
En la puerta del Sol, una pancarta rezaba  “No nos falta dinero, nos sobran ladrones”; esta es la lógica del capitalismo senil, es hora de entender que nos sobra riqueza, lo que falta es política para destinarla a nuestros pueblos.

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